lunes, 11 de marzo de 2013

Ni lo bueno es tan bueno, ni lo malo es tan malo. Análisis subjetivo.


DOCUMENTAL SICKO



Sicko es una película-documental de Michael Moore, que se estrenó en 2007, en la que expone su punto de vista personal del sistema de salud de EEUU. Se centra sobre todo en criticar a las compañías aseguradoras que se encargan de gran parte de la sanidad de este país.




Su director, Michael Moore, es un cineasta estadounidense conocido por su postura progresista y su visión crítica hacia la globalización, las grandes corporaciones, la violencia armada, la invasión de Irak y de otros países y las políticas del gobierno de George W. Bush y sus antecesores. Además de Sicko tiene otras muchas películas como Bowling for Columbie que trata sobre la presencia de armas en Estados Unidos, ganadora de un Óscar al mejor largometraje documental en 2002, y Fahrenheit 9/11 en la que hace una dura crítica a la administración de Bush y por la que ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes en 2004.

La película se basa en comparar el sistema sanitario de Estados Unidos con los sistemas de salud de otros países como Francia, Canadá, Reino Unido y Cuba. La idea general es que mientras que en EEUU hay que pagar por la sanidad, hasta tal punto de poder arruinarse, en los otros países la sanidad es “gratis”; más adelante veremos que esto no es del todo cierto.



Moore comienza diciéndonos que en este país, de los más desarrollados del mundo, hay 50 millones de personas sin cobertura médica y los 250 millones restantes creen estar cubiertos al tener contratado un seguro médico con una compañía aseguradora privada como Aetna Inc., Humana Inc., Cigna o United Health Care.

Entre uno de los muchos ejemplos que nos da sobre las personas sin cobertura sanitaria me llamó mucho la atención el de un hombre que pierde dos dedos en un accidente y, tras pedir presupuesto, tiene que decidir si quiere que le implanten el dedo anular por 12.000 dólares o el índice por 60.000 dólares y, obviamente, elige el anular.

También, un hombre de 79 años que tenía que seguir trabajando para poder pagarse los medicamentos que necesita.

En cuanto a las personas que cuentan con una cobertura sanitaria he de decir que “no es oro todo lo que reluce” o, en este caso, depende de quien se lleve el oro. Las aseguradoras tienen la libertad de decidir las características que deben tener los individuos que aseguran, pudiendo denegar una póliza por peso, talla o IMC. Así mismo, hay una larga lista de enfermedades que te inhabilita por no reunir las condiciones necesarias para el seguro; y estamos hablando de enfermedades tan comunes como diabetes, cardiopatías, anemia, autismo o cáncer, entre muchísimas otras.

Así pues, hay personas que a pesar de tener un seguro se acaban arruinando por tener que pagarse la medicación contra el cáncer o personas que mueren al ser denegado el tratamiento. Y, en el caso de que se apruebe el tratamiento, hay personal de la compañía encargado de buscar errores en el formulario o enfermedades leves de la infancia para retirar la póliza. Y mención aparte requiere el dato de que los médicos ganan primas por hacer ganar dinero a las compañías denegando las solicitudes de tratamiento a los asegurados.


Un ejemplo bastante significativo es el de un hombre cuya compañía le niega uno de los dos implantes que su hija necesita para oír, pero la compañía cambia de opinión y acepta ambos implantes al enterarse de que el padre va a colaborar en la película Sicko.

Tras exponer de esta forma el panorama sanitario estadounidense, Moore nos muestra cómo funcionan los sistemas sanitarios de otros países. La comparación que hace Moore es con países en los que la cobertura sanitaria es universal, es decir, todos los individuos tienen cobertura sanitaria, tengan o no medios económicos, y según parece, la asistencia es gratuita. Lo que en EEUU te podría costar miles de dólares en estos países es “gratis”.

En Estados Unidos se rechaza la medicina socializada porque se piensa que es un caos pero Moore habla con un médico del Reino Unido y éste le cuenta que no es así, que él vive genial y que tiene dinero de sobra para llevar una buena vida.

Unas frases que me llamarón la atención mientras se hablaba del sistema francés es: “Aquí pagas según posibilidades y recibes según necesidades” y “El gobierno francés teme al pueblo, sin embargo el pueblo estadounidense teme al gobierno”

En la última parte nos cuenta que muchos voluntarios que ayudaron a las víctimas del 11-S y que, a consecuencia de eso, desarrollaron diversas secuelas crónicas como problemas respiratorios y que no tienen cobertura sanitaria. Mientras, los terroristas responsables del atentado detenidos en la base de Guantánamo tienen atención médica 24h, traslados a clínicas para examinarlos y análisis rutinarios.

Aquí Moore juega con la enemistad clásica de EEUU con Cuba y se lleva a los voluntarios a un centro de salud de La Habana donde reciben una atención sanitaria de mejor calidad que la que de Estados Unidos, ya que aquí no han recibido ninguna.


CONCLUSIONES:

Si algo saben hacer bien los estadounidenses, sin duda, es autocriticarse.  No debemos olvidar que la intención de esta película es la crítica al sistema estadounidense dejando ver que es el único país desarrollado que no tiene cobertura sanitaria universal. Pero no todo es tan radical, esta película no es subjetiva. Cuenta de manera radical todo lo negativo de la sanidad del país pero no aporta ningún aspecto positivo de la misma.

Por el contrario, del resto de países solo cuenta las cosas positivas y da a entender que la sanidad es “gratuita”. Ahora es el momento de explicar las comillas que he venido usando en esta entrada en la palabra “gratis”. Nuestra sanidad no es gratuita sino que la pagamos indirectamente a través de los impuestos, del IVA, los hidrocarburos, los alimentos.

También da a entender que a pesar de que en estos países se premie a los médicos por la buena asistencia a los pacientes y haya una medicina más socializada, los médicos también tienen buen nivel de vida, pero no dice que puede haber médicos en paro o en peores condiciones.

Tampoco nos da opción a pensar que algunos de los casos de los que vemos al principio, como el del anciano que tiene que seguir trabajando se deban a una dejadez de estas personas, que durante años no han pagado un seguro y han estado usando ese dinero para otras cosas.

Si tengo que decir, que lo que más me ha impactado, es que en Estados Unidos dejen a la gente tirada en la calle si no tienen para pagar la factura y no tienen dónde ir.

Por último decir, que creo que esta película debería verla todo el mundo, esté o no relacionado con el mundo sanitario porque nos sirve para darnos cuenta de lo que realmente tenemos. Aquí os dejo el enlace de la película completa:

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