¿Por qué puede llegar a
ser malo comer sano?
Por comer sano entendemos
una alimentación variada que incluya la presencia adecuada de todos los
alimentos para conseguir un óptimo estado de salud.
Cuando el deseo de una dieta
saludable implica consumir solamente alimentos de tipo ecológico, excluyendo
alimentos básicos por temor o superstición, estamos ante una preocupación patológica.
Esta obsesión patológica por
consumir solamente comida sana se conoce como “ortorexia”. Se trata de
un trastorno de la conducta alimentaria considerado como TCANE (Trastornos de
la Conducta Alimentaria no Especificados).
Las personas afectas de ortorexia
sólo consumen alimentos libres de conservantes, pesticidas, herbicidas,
componentes transgénicos, etc. Suelen suprimir la carne, la grasa y otros grupos
de alimentos que no son sustituidos correctamente por otros con similares
características nutricionales. Muchas veces solo comen fruta o alimentos crudos.
Para estas personas los productos con conservantes suelen considerarse peligrosos,
los alimentos producidos industrialmente como artificiales y los
producidos biológicamente como los únicos saludables. La búsqueda de una
comida sana se convierte en todo lo contrario, se pierde la salud y se corre el
riesgo de perder la vida por desnutrición.
¿Cuándo comenzó a
detectarse la ortorexia?
La ortorexia fue estudiada por el médico norteamericano
Steve Bratman, tras experimentar por él mismo que seguir una dieta
rigurosamente ecológica podía ser nocivo. En 1996 ya utilizó el término
ortorexia, que proviene del griego (ortho, justo, recto, y orexia,
apetencia) y significa “apetito justo o correcto”.
En el año 2000 publicó el libro Health Food Junkies donde
dio a conocer el término. Según Bratman las víctimas de esta enfermedad esperan
todo tipo de beneficios físicos, psíquicos y espirituales tras comer de esta
determinada manera, y se llegan a castigar cuando transgreden como si fuera un
pecado.
¿Cómo comienza el
trastorno?
El inicio de esta obsesión suele producirse después de
intentar superar una enfermedad, perder peso o mejorar la salud en general. Con
el paso del tiempo la elección de los productos de consumo, su cantidad y su
frecuencia se convierten progresivamente en el centro de los pensamientos de
estas personas. No es infrecuente que ante la vulneración de algunos de los preceptos
dietéticos autoimpuestos, estos pacientes se autocastiguen con dietas todavía
más estrictas y hasta con el ayuno. A continuación, esta rígida adhesión a la
alimentación sana se manifiesta en la evitación de citas que impliquen comidas
en restaurantes u otros lugares en los que
no se tiene un control total sobre el menú, la composición de los alimentos o
su procedencia. Este último aspecto es generador de un importante deterioro
social que no hace sino empeorar el trastorno.
Una vez que el entorno próximo ha detectado el problema, las
personas afectadas de ortorexia evitan también el contacto con su núcleo
cercano. Se justifican alabando los beneficios del estricto control alimentario
y despreciando a aquellos que no siguen sus mismos hábitos.
Aunque la ortorexia no ha sido reconocida de forma oficial en
los manuales terapéuticos de trastornos mentales, los pocos estudios en torno a
ella parecen confirmar que tras la obsesión por una dieta estrictamente sana
existe con frecuencia un trastorno psicológico.
¿Cómo se identifica la
ortorexia?
Existen algunos criterios
diagnósticos establecidos por el mismo Bratman:
- Dedicar más de tres horas al día a pensar en su dieta sana.
- Preocuparse más por la calidad de los alimentos por el placer de consumirlos. Disminución de su calidad de vida conforme aumenta la pseudocalidad de su alimentación.
- Sentimientos de culpabilidad cuando no cumple con sus convicciones dietéticas.
- Planificación excesiva de lo que se comerá al día siguiente.
- Aislamiento social provocado por el tipo de alimentación. No pueden llegar a comer fuera de casa porque implicaría romper con sus convicciones.
También se consideran síntomas algunas conductas relacionadas
con la preparación:
- Verduras cortadas de determinada manera, control exhaustivo de los minutos de cocción, etc.
- Los utensilios utilizados: sólo de cerámica, sólo de madera, etc.
- Algunos rituales como el número de veces que debe masticarse un alimento.
- La obsesión es tal que llegan a pagar cantidades desorbitadas por un tipo de alimento o hacer lo que sea por conseguirlo (incluso seguir el ganado desde su origen para controlar todo el proceso).
- Los afectados a veces prefieren no comer antes que comer algo considerado inadecuado.
¿En qué se diferencia la ortorexia de la anorexia o la
bulimia?
Las diferencias de la ortorexia con
respecto a otros TCA radican en que mientras que en la anorexia y la bulimia el
problema se encuentra en la “cantidad” de comida, en la ortorexia el problema
gira en torno a la “calidad” de la comida.
La persona que sufre ortorexia no está
preocupada por el peso ni tiene una percepción errónea de su aspecto físico,
sino que está preocupada por mantener una dieta sana y se siente culpable
cuando no la cumple.
Aunque ante una persona
aparentemente con ortorexia siempre hemos de descartar que no nos encontremos
ante una anorexia nerviosa. Detrás de mantener una dieta rigurosamente sana,
que no es más que una dieta restrictiva, puede existir un miedo a engordar.
La ortorexia se parece a otros TCA
en buscar la perfección y en el sentimiento de culpabilidad que se tiene cuando
por algún motivo no se puede conseguir.
Características de personalidad asociadas a la ortorexia:
Las personas afectadas por
ortorexia acostumbran a tener un alto nivel de perfeccionismo y autoexigencia,
tanto con ellas mismas como con los demás. Son personas con una fuerte necesidad
de control sobre sus vidas. Tienen tendencia a la obsesividad que en algunos
casos se manifiesta por una excesiva preocupación por el orden y por el
mantenimiento de un estricto sistema moral. La hipocondría y la percepción de
vulnerabilidad física explican por qué muchos de estos individuos temen ser
contaminados por la industria alimentaria.
A diferencia del resto de
Trastornos de la Conducta Alimentaria afecta más a hombres que a mujeres.
Consecuencias de la ortorexia.
Las consecuencias físicas son
secundarias al estado de desnutrición que provoca seguir este tipo de dieta:
anemia, hipovitaminosis o hipervitaminosis, osteoporosis, hipotensión,
carencias de oligoelementos, bajo peso, estreñimiento, amenorrea, etc.
Las consecuencias psicológicas son
secundarias, principalmente el aislamiento social y el estado de angustia
permanente, pero pueden agravarse por la desnutrición: depresión, ansiedad e
hipocondrias.
La peor consecuencia es la muerte
por inanición.
Factores predisponentes.
Generalmente quien sufre de
ortorexia suele ser una persona muy estricta, controladora y exigente con ella
misma y con los demás, y con baja autoestima. También son más susceptibles las
personas con comportamientos obsesivo-compulsivos y las predispuestas
genéticamente.
Parece afectar más a personas con
poder adquisitivo medio-alto ya que este tipo de comida suele ser cara, y suele
ser menos frecuente en los países subdesarrollados al no existir tanta
preocupación por el tipo de ingredientes de los alimentos.
Hay grupos de población más
vulnerables. Las mujeres, los adolescentes y algunos tipos de deportistas (atletas,
culturistas, etc.) están más pendientes del valor nutritivo de los alimentos y
pueden resultar afectados en mayor medida.
También se ha observado que
pacientes que habían sufrido anorexia nerviosa pasan a sufrir ortorexia al
recuperarse.
Tratamiento interdisciplinar.
El tratamiento suele ser largo,
dependiendo de la intrusividad de los síntomas y del tiempo de evolución de los
mismos.
El tratamiento debe ser realizado
por un equipo interdisciplinar igual que el resto de TCA. Se deben tratar las
complicaciones orgánicas, recuperar el estado nutricional, normalizar la
alimentación y abordar los problemas psicológicos. La recuperación psicológica suele
ser más difícil que la física ya que hay que eliminar todas las conductas que
ha ido adaptando el ortoréxico y que abarca a nivel personal, social y
familiar.
Evaluación
Desde
el punto de vista dietético y nutricional, el primer objetivo del tratamiento
es cubrir los requerimientos nutricionales mínimos de la persona.
Es
muy importante el papel preventivo desde casa y el colegio. Enseñar desde niños
unos hábitos de vida saludables, ser críticos con determinada información y
estudios difundidos por los medios de comunicación, y fomentar una buena
autoestima.
Actualmente
la oferta alimentaria es muy amplia y existe un bombardeo de información sobre
propiedades milagrosas en relación con algunos alimentos que suele ser
engañosa.
Tampoco
hay que confundir la preocupación por la vida sana con la obsesión. Una persona
puede tomar productos ecológicos, ser vegetariana o macrobiótica y no sufrir la
enfermedad.
Fuente:
ORTOREXIA : La obsesión por la
comida “sana”
Por la Dra. Agnès Peris Baldric
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